Eliminación de arrugas


La Toxina Botulínica se emplea para tratar las arrugas dinámicas, es decir, las producidas por el movimiento, pues se produce una parálisis muscular, localizada, selectiva y temporal.

La técnica se basa en la infiltración mediante agujas extrafinas de la Toxina Botulínica en el músculo de la zona que se desee tratar, produciendo relajación e inhibiendo el movimiento del mismo. Por ello, su aplicación básica en medicina estética es el tratamiento de las arrugas de expresión; aquellas que aparecen en la frente, el entrecejo y/o el contorno de ojos.

La Toxina Botulínica para el tratamiento de arrugas faciales ofrece las siguientes ventajas:

  • Evita la cirugía.
  • Se puede aplicar en cualquier época del año.
  • Sus efectos son inmediatos y se prolongan durante cinco o seis
  • Raramente produce efectos adversos como náuseas, rigidez facial o reacciones alérgicas.

Los signos clínicos se manifiestan a los 5-7 días, con un efecto máximo a las 2 semanas de la inyección. Normalmente la recuperación se produce a las 12 semanas de la inyección a medida que las terminales nerviosas se ramifican y conectan nuevamente con las placas terminales. Tras la primera sesión, se indicará el siguiente tratamiento a los 4-6 meses. Por lo general es suficiente con dos sesiones por año para mantener dichos efectos.